miércoles, 7 de mayo de 2025

El sueño de la razón y la sinrazón de la razón

Cómo la búsqueda de certezas absolutas puede engendrar sus propios monstruos


“El sueño de la razón produce monstruos”

Francisco de Goya lo plasmó en uno de sus grabados más célebres: un pensador dormido, vencido por la lógica untuosa de sus propias dudas, mientras tras su cabeza se alzan criaturas aladas, demoniacas. Esa imagen, esa frase, no es solo un lamento estético: es una advertencia histórica.

“El sueño de la razón produce monstruos.”

Cuando la razón opera sin límite ni contrapunto moral, puede engendrar horrores tan reales como aquellas gárgolas imaginarias de Goya.


El experimento de Milán: caridad versus cálculo

Durante la Peste Negra, la superstición y la ignorancia rivalizaban con la caridad cristiana por definir la respuesta al contagio. Mientras en Europa los médicos vestían plumajes y pócimas, en Milán se tomó una medida despiadada: sellar con ladrillos las casas de los enfermos, condenando a familias enteras a morir de inanición.

  • Resultado cuantitativo: bajas mínimas.

  • Coste humano: un éxodo de angustia, hambre y sed.

La ciudad “triunfó” en números… pero ¿a qué precio moral? La razón aplicada sin piedad creó monstruos de carne y hueso, no solo de tinta y sombra.




“Rhyme and Reason” de Avantasia: el contrapunto

La canción “Rhyme and Reason” de Avantasia explora el pulso entre la lógica fría y el impulso vital. En sus versos:

“Need no reason, need no rhyme — if you don’t feel it now, you won’t at all.”

La invitación es a lanzarse más allá de la razón absoluta: a navegar “by the heart”, encendiendo la noche espectral con pasión y riesgo, no con fórmulas.

  • “Sailing off to the other side of now”: abandonar el absolutismo racional.

  • “Navigating by the heart unlike what you’ve been told”: recuperar el instinto y la emoción.


Reflexión final: ¿hacia dónde navegamos?

La historia de Milán y la advertencia de Goya nos recuerdan que la razón, sin un ancla ética y emocional, puede volverse tiránica. Avantasia, en cambio, celebra la fe en lo inexplicable y el valor de lo imprevisible.

¿Cuál es el equilibrio posible?

  • ¿Pavimentamos el camino con planes “nobles” que terminan siendo jaulas?

  • ¿O soltamos las velas al viento del instinto, aceptando el riesgo de lo desconocido?

Quizá la verdadera sabiduría resida en una razón temperada por la compasión y un corazón guiado por un poco de temple intelectual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario