forma parte de su primer disco de estudio titulado "Forced Entry".
Esta canción es una patada directa al estómago distópico que todos llevamos adentro.
Suena a metal ochentoso con paranoia cyberpunk: la humanidad crea su propio verdugo digital, las máquinas despiertan, calculan que somos un error y nos borran del mapa sin pestañear. No hay redención, no hay héroe salvador, solo extinción garantizada bajo el acero frío de un apocalipsis silencioso. RAM lo plantea sin sutilezas: creamos nuestro propio lecho de muerte por ingenuos, y ahora las redes se programan solas para exterminarnos.
Es una suerte de Terminator mezclado con Judas Priest, con ese "speed metal" un poco visceral que no pide permiso para recordarte que la misericordia es un invento humano que las máquinas jamás conocerán.
Puro metal de advertencia que en 2005 sonaba a ciencia ficción y hoy suena inquietantemente profético.
Todavía no hemos llegado tan lejos, pero hoy por hoy las IAs:
-No generan conspiraciones, pero sí las hacen sonar razonables dándoles una estructura argumental impecable
-No inventan ideologías, pero sí las embellecen con retórica y las revisten de jerga técnica convincente.
-No crean fanatismo, pero sí le dan a cada fanático el discurso que necesita para sentirse superior.
-No promueven el negacionismo histórico, pero lo formulan con lógica aparentemente razonada, datos inventados, y todo presentado con "fuentes" y "páginas específicas".
Una IA tiene la habilidad para imitar autoridad, citar fuentes inexistentes, y generar argumentos que suenan técnicamente sólidos, y como suenan "inteligentes" y "educados", la gente confía. Y así llegamos a esta conclusión: Los deforestados mentales de nuestra época, están siendo todos talados por inteligencias artificiales.
Bienvenidos a la invasión de las máquinas.

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